Seguridad Sin Pretextos| Guardia Nacional: Un año de simulación

 Seguridad Sin Pretextos| Guardia Nacional: Un año de simulación

Por Alberto Guerrero Baena

“Díganme el nombre de un civil que tenga el reconocimiento y la capacidad para dirigir 50 mil militares”.
Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana.

La pantomima mal camuflajeada

En el seminario brindado por el Observatorio de la Guardia Nacional sobre el año de operatividad de esta “corporación”, Alejandro Hope utilizó un término que engloba perfectamente lo que ha sido desde hace un año esta fuerza auxiliar del ejército dentro de las tareas de seguridad pública: Una pantomima mal camuflajeada.
Definición fuerte, sí.

Con fundamentos sólidos para afirmarlo, también.

En ningún momento se ha planteado que la Guardia Nacional tenga una visión civil o de institución de Seguridad Pública. Ni los mismos elementos operativos de esta corporación tienen un apego o identidad hacia la misma. La gran mayoría de ellos provienen de la Marina o del Ejército Mexicano. Los pocos civiles que quedan provenientes de la Policía Federal, continúan con muchas dudas de seguir por el mal trato que hay dentro de la institución y la indefensión financiera, operativa y procesal que hay.

La Guardia Nacional es muy endeble. De cristal si se le quiere llamar. No está preparada para funciones eminentemente policiales, porque ellos no son la policía. Son una extensión menor de las Fuerzas Armadas a las cuales el Gobierno Mexicano esta exponiendo innecesariamente en tareas que no les corresponde.

La Guardia Nacional en su esencia original y de acuerdo con lo que inicialmente se negoció en el parlamento abierto con el gobierno mexicano, tenía un carácter civil. Hoy en día no lo es, (aun cuando quedo plasmado en la legislación pertinente), lo que indica cual es el camino que se ha elegido para solventar el problema de la inseguridad en México y las consecuencias jurídicas que esto conlleva.

Las falacias en que han incurrido quienes han vendido a este cuerpo cómo la gran apuesta o estrategia del gobierno mexicano para brindar seguridad, son fácilmente comprobables o demostrables. Ni las cifras, ni la legislación e incluso la estrategia.

LAS PIEZAS DEL ROMPECABEZAS

¿A quién pertenece la Guardia Nacional?

Por lo menos de entrada todos dirán que pertenece a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Pero la interrogante es si pertenece a esta entidad, porque su presupuesto proviene de la Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Marina y los “elementos” de la Guardia Nacional están cobrando su sueldo y prestaciones de las entidades señaladas.

Presupuesto 2020

Las cuentas alegres

Las cuentas no cuadran tampoco en el reclutamiento y selección de los elementos. Un cuerpo de Policía civil no realiza sus reclutamientos dentro de instalaciones militares. Por otro lado, el estado de fuerza de los elementos con que cuenta ahora esta “corporación” en Junio de 2020 que es un total de 96,000, los cuáles en su gran mayoría son transferidos o prestados por parte del ejército y marina, dejando en un mínimo aporte a lo que fue la Policía Federal.

Integración

El falso reclutamiento

Y si hablamos del reclutamiento de civiles, este prácticamente es nulo, además de que no existen plazas de nueva creación, es decir, si eres reclutado para la Guardia Nacional, primero se causa alta en el ejército o marina y de ahí se asigna un oficio de comisión al personal.

En sí el presupuesto de la Guardia Nacional es inexistente porque no existe cómo corporación y esta apuesta sexenal, puede ser borrada de un momento a otro sin siquiera pasar por una reforma constitucional.

Reclutamiento

Formación y capacitación de los elementos

Una de las confusiones donde podemos deducir la improvisación en este cuerpo de seguridad, es le proceso de formación y capacitación. Ni las propias entidades como el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública tenía las nociones de las horas de capacitación que iba a tener destinadas la Guardia Nacional.

Al principio manejaron un total de 984 horas para elementos de nuevo ingreso, posteriormente ante las solicitudes de información del Observatorio se nos aclara que sería 962 horas.

Y lo mismo para elementos activos que provienen de Ejército y Marina, que son casi el 70% del estado de fuerza, la capacitación tuvo primero un criterio de 584 horas y después se informa que son 385 horas. A su vez independientemente de la información proveniente de Guardia Nacional, la SEMAR informa que los elementos transferidos están cursando un total de 405 horas.

Al parecer ni las propias entidades a donde pertenece la Guardia, tienen claro cómo va a ser el proceso de capacitación de los elementos.

Y este proceso que es la base que da certeza a las actuaciones operativas, jurídicas, de proximidad de los elementos, se quedará incierto y sin respuestas. Como la Guardia misma.

Formación

¿Y a quien pertenece la infraestructura de la Guardia Nacional?

Un reciente ejemplo que tenemos es la donación de un terreno para la construcción del Cuartel de la Guardia Nacional en el Municipio de Morelia.

Si la Guardia Nacional es una corporación civil, entonces suponemos que entonces la infraestructura de la cual debe gozar o que se pretende construir, debe formar parte del patrimonio de la misma o en su defecto a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

La realidad es contraria, los bienes muebles e inmuebles están siendo donados a la Secretaría de la Defensa Nacional o a la Secretaría de Marina.

Entonces es ahí donde seguimos afirmando que la apuesta por la seguridad pública sigue siendo el exponer a las fuerzas armadas a situaciones para las cuales no están preparadas.

Infraestructura

Entonces la Guardia Nacional es militar…

Por supuesto que es militar. Nunca ha sido civil.

No hay una línea divisoria que separe a las Fuerzas Armadas de la Guardia Nacional.

Por lo tanto, entre el personal de una y otra tampoco hay una división entre los “guardias” y los elementos de apoyo. Esto no es lo que nos configuraron en la negociación para definir a este cuerpo de seguridad.

Esto es difuso no sólo a la población, sino al mismo personal que lo integra, porque se le suman 43 atribuciones de trabajo a las que ya tenían como militares y sin la capacitación adecuada nunca van a poder tener una actuación convincente, apegada al estado de derecho.

Administrativamente la Guardia recibe todos los insumos, presupuestos, personal y operaciones dentro de la milicia. No hay plazas de origen para los aspirantes civiles que deseen ingresar y si en cambio una confusión en las funciones y atribuciones que tienen.

Indistintamente estos elementos trabajan un día como militares y otro día como Guardias.

No hay una separación visible de sus funciones. Esto nos obliga a preguntarnos si cuando se gestó este proyecto pensaron realmente que repetir las fórmulas del pasado.

La concepción de las fuerzas armadas no son atender tareas de seguridad pública. Al ojo ciudadano quizás le generen una percepción de confianza, pero en la realidad de los resultados siempre habrá actuaciones que discutir. Desde la forma y fondo de la operatividad, hasta la actuación jurídica.

Lo que necesitamos es que el Gobierno Mexicano ponga en marcha el Modelo Nacional de Policía y separe las funciones de la Guardia Nacional de la milicia mexicana.

El engaño que tanto se quejó del pasado la otrora oposición, hoy es una verdad suprema ahora que son gobierno.

Nota: Agradecemos al Observatorio de la Guardia Nacional y a Causa en Común por la utilización de los datos.

Investigador del Foro Latinoamericano de Antropología del Derecho.

Integrante del Observatorio de la Guardia Nacional.

http://www.flad-la.org

Facebook: José Alberto Guerrero Baena

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Correo electrónico: [email protected]

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Redaccion Indicio Michoacán

Redacción

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